martes, 6 de abril de 2010

Semana Santa en Tañarandy 2010
Esperamos este día con mucha ansiedad. Habíamos previamente manejado otras propuestas para esta Semana Santa, pero al fin de cuentas no estábamos teniendo mucha respuesta.
Gracias a Dios una empresa amiga de Ciudad del Este nos había preguntado por un tour para el Viernes Santo en la zona de Santísima Trinidad del Paraná, pero con los horarios que ellos manejaban se volvía imposible a las 15:00 estar en Tañarandy, destino final al que ellos querían llegar.
Surgió el viernes previo a Semana Santa la posibilidad de organizar nosotros un tour a Tañarandy, y rápidamente nos pusimos en campaña ya que contábamos con muy poco tiempo. Para llegar rápidamente a la gente pusimos al aire el día lunes una publicidad en un canal local pero de amplia cobertura en la región.
La respuesta no se hizo esperar. Ese mismo día ya la gente se estuvo comunicando para hacer más averiguaciones. Pero el martes ya teníamos el ómnibus casi lleno, el cual se completó el día miércoles.
El jueves el día amaneció feo, y a la tarde se había largado la lluvia. Mientras mi marido se iba a una jornada de Retiro Espiritual con los jóvenes de Confirmación de la Catedral de Encarnación, yo me quedé en el local esperando a algunos clientes que habían avisado que ese día pasarían a confirmar su reserva.
 Pero con la lluvia teníamos miedo de tener que cancelar el tour. Pero luego mi esposo me dijo que a la noche en el momento de la Comunión sintió que Jesús nos decía que nos quedáramos tranquilos, ya que en Tañarandy no había llovido y tampoco lo haría al día siguiente.
Finalmente llegó el viernes tan esperado. La gente comenzó a presentarse en la agencia y el  ómnibus estaba listo para salir. En el camino fuimos alzando gente hasta General Delgado, que está a alrededor de 100 km de Encarnación. Todo un éxito nuestra convocatoria.
A las 11:00 estuvimos en San Ignacio Guazú. Primero llevamos el grupo al Museo Diocesano. Una grata experiencia encontrarse con el arte y la cultura fruto de la unión de la Cristiandad con los habitantes nativos de la zona.
Luego llevamos al grupo a almorzar: pollo a la parrilla acompañado de arroz con queso. Comimos muy bien, y el grupo estaba feliz. Como dice el dicho: panzita llena, corazón contento.


El toque de humor lo dio un matrimonio que viajaba con nuestro grupo. A la salida del parador donde almorzamos un canal de televisión de la ciudad de Asunción los entrevistó. Tenían la particularidad que eran de nacionalidad italiana, y después de hablar maravillas de Paraguay y de nuestra agencia, el corresponsal les pedía que saludaran en italiano con el nombre del programa. Tuvieron que hacerlo como 20 veces, porque cada vez que tomaban el micrófono empezaban a saludar a todo el mundo.
De allí nos fuimos a la iglesia de San Ignacio. Dimos unos minutos de respiro al viaje para encontrarnos con el Señor.
Y luego continuamos nuestro viaje a Tañarandy. El ómnibus nos dejó en la puerta de la Capilla desde la cual se iniciaría la procesión y se marchó a esperarnos en donde termina la misma.

La espera fue larga, ya que los horarios propuestos en la difusión del evento no coincidían con la realidad. Pero sirvió para que el grupo compartiera a la sombra de los árboles.

Algo que hay que reconocer a esta comunidad es todo el esfuerzo realizado. Todo el camino estaba iluminado por velas hechas de cáscara de apepú. Además que le entregaban gratuitamente a los peregrinos las antorchas con las velas para que hicieran el camino, un camino espiritual que te llevaba desde el vivir superficial de todos los días al interior del corazón y el encuentro con la Divinidad de Jesús.

Luego hubieron otras cosas para tener en cuenta: por ejemplo la falta de baños públicos y el hecho de que no habían guías locales que pudieran orientar a la gente mientras se aguardaba el inicio de la procesión.
Por fin a las 18:30 comenzó la misma. Fue muy hermoso caminar junto a la Virgen, acompañada por el canto de los estacioneros. Llegamos al lugar del encuentro entre la Virgen de los Dolores y el Señor Crucificado bien entrada la noche.
Allí no cabía un alma más. Y otro punto para poder tener en cuenta en las próximas ediciones es que a la barraca se accedía sólo por un pequeño paso en un terreno que estaba rodeado de alambres de púas. Suerte que la gente se mantuvo en calma, y aguardo pacientemente para poder salir, porque podría haber causado graves daños el alambrado.
Una vez en el colectivo fuimos hasta el parador en donde habíamos almorzado para poder cenar. Y de allí continuamos viaje a Encarnación.
Y así será hasta un próximo viaje todos juntos. No dejen de escribirnos y así poder enterarse de los mismos a organizaciónaraipora@live.com